Seamos realistas: un porcentaje elevado de los fotógrafos y videógrafos profesionales que viven de esto tienen poca experiencia en crear una marca… y de mirar dentro de sí. Sé que esto esto puede percibirse como una aseveración demasiado rotunda, incluso agresiva. Hazte la siguiente pregunta: ¿mi marca refleja mis principios, mis anhelos, mi forma de vivir, ser y estar en el mundo?
La pregunta no es casual: como ya he dicho muchas veces, el modelo de negocio más prevalente en este mercado es el de una o dos personas atendiendo todo el negocio. No siempre, pero suele ser así. Eso significa que desde que tus clientes ven tu marca hasta que te conocen en persona, hay solamente un paso – y esperan que tú seas la «extensión real» de tu marca. Y viceversa. Si tu marca refleja tus valores, todo bien: cuando les conozcas estarás transmitiendo un mensaje coherente y estarás más cerca de contratar. Pero si tu marca está posicionada en base a valores que tú no compartes, demasiado fantasiosos o tienes una marca diseñada únicamente «para vender», se te verá el plumero…
Es importante hacer una importante reflexión personal e interior en todo este proceso. Dejar que tu marca (y tu marketing) crezca y evolucione desde tus creencias y valores, paralela a ti, como si fuera, literalmente, una marca personal. Porque lo es. Y aquí viene lo interesante: si en vez de crear una marca para vender creas una marca para evolucionar como persona y como profesional, la ganancia es doble: por un lado, serás más real y más creíble. Y por otro, tendrás el placer de crear un mundo PROPIO desde el cual relacionarte con el mundo y vivir de tu pasión y valores interiores; esa marca te permitirá crecer y evolucionar desde un contexto afín a ti y serás más feliz. Literalmente. Y la felicidad interior te llevará sin duda alguna al éxito profesional tarde o temprano. No hay que tener miedo en transmitir lo que tienes guardado en el Alma, pero para eso hay que mirar, reflexionar, depurar, decidir qué cosas dejar dentro y qué cosas dejar fuera… y dejar que esa reflexión inunde no solo tu obra, sino tu Marketing Personal.
Y si por alguna razón miras tu marca y no te gusta lo que ves, siempre hay tiempo de reinventarse.
Disfrutad.
