Nunca pensé que comentaría mi 50 cumpleaños con la foto de un anuncio, pero es que me hizo mucha gracia; magnífica segmentación publicitaria, by the way.
Hoy cumplo 50 palos. Medio siglo. Pufff… En estos momentos me encuentro rodeado de cajas de mudanza. Último día en El Lagar de Chinchón con Ariana Suárez echándome un cable enorme en la batalla de cambiar de vida… soltando el 90% de todo lo que tienes. No es un cierre cualquiera: es el cierre de 50 años de vida, una vida llena de aventuras, varios renaceres y un corazón guerrero que ama la vida y muerde el Ahora como Nadal muerde sus trofeos. Una vida plena, vive Dios.
La foto no soy yo, obviamente. Tampoco le tengo mucha envidia al tipo, no te creas. Es un tipo duro con aire de hipster reciclado, pero me vale. Tiene ese aire libre, un roque de ‘Renegade’ a lo X Ambassadors («Rebels and mutineers…») del que rompe las reglas, pero está en el mundo. Un poco pirata, un poco Sabina, un tipo lleno de errores y disfunciones que asume sin mayor problema, porque es RABIOSAMENTE FELIZ. Y está sereno. Y la pelea.
A partir de mañana estaré viviendo en Borja, Zaragoza.
Lo he hecho todo, lo he perdido todo, he aprendido un montón, he muerto y ahora toca renacer. Me retiro del mundo una temporada para darle forma a un proyecto que lleva tiempo rondándome la cabeza. Es un proyecto que tiene que ver con ayudar a la gente a ser más feliz, con un nombre muy explícito: Mundo Interior. Pero ésa ya es otra historia…
Gracias a todos por estar ahí.
Disfrutad.
